La Última Cena según Leonardo da Vinci
La Última Cena es un relieve hecho en base a una de las pinturas murales más famosas del mundo que recuerda la última cena de Jesús de Nazaret con sus doce discípulos en la víspera de su muerte. La Iglesia Católica conmemora este momento tan importante, en el que se instituyó la Eucaristía, con el Jueves Santo (quinto día de la Semana Santa).
La pintura mural, una exquisita obra de arte, fue realizada por el pintor italiano Leonardo da Vinci entre 1494 y 1498 por encargo del Duque de Milán Ludovico Sforza, “El Moro”. En su realización Leonardo utilizó la técnica de pintura en seco que, a diferencia de la técnica de pintura al fresco, no requiere que el muro sea previamente humedecido.
Hoy, la obra de arte de Leonardo da Vinci decora la pared norte del refectorio (comedor de los monjes) de la iglesia dominicana Santa Maria delle Grazie en Milán, y muchos expertos consideran que representa el cenit del trabajo de Leonardo como pintor. La pintura se basa en el Evangelio según San Juan (Jn 13: 21) y capta el momento en que Jesús les revela a sus discípulos que uno de ellos lo va a traicionar. En ella se pueden observar claramente las diferentes reacciones de los discípulos ante dicha revelación: algunos se enfurecen y gesticulan, otros se quedan más quietos, pero todos están profundamente afligidos.
La pintura mural mide 4,42 m de altura y 9,04 m de ancho y se considera un hito del Renacimiento porque posee una profundidad de perspectiva central muy correcta. Esta perspectiva tuvo un profundo efecto sobre el desarrollo posterior de la pintura y del arte. El punto de fuga de la pintura es la cabeza de Jesús, que está en el medio de la obra y, por tanto, es lo primero que salta a la vista.
Debido al ambiente muy húmedo del refectorio y al uso experimental de pinturas orgánicas por Leonardo, la obra pronto sufrió graves daños. Además, durante la Segunda Guerra Mundial sobrevivió milagrosamente el bombardeo de Milán de 1943. Gracias a que varios artistas habían pintado posteriormente el mismo motivo en base al original, fue posible reconstruir la obra de Leonardo con gran exactitud. En las últimas décadas fue restaurada varias veces por innumerables expertos con el fin de evitar – o por lo menos detener – su deterioro.
Actualmente la Última Cena se puede ver de nuevo, pero está protegida contra robos y contra el polvo. Dado que sólo pueden entrar a verla unos 100 visitantes por hora, es necesario inscribirse en una lista de espera, que es siempre muy larga. En 1980 la UNESCO declaró la Iglesia Santa Maria delle Grazie con su pintura mural Patrimonio de la Humanidad.